julio 22, 2019 por joseppamies
El símbolo máximo de la perversión en la manipulación de los alimentos se refleja en la SAL de la VIDA que necesitamos los humanos para sobrevivir y que Gandhi utilizo como motivo para liberarse del imperio inglés, con la llamada “Marcha de la Sal”.
Ya en aquel entonces la Corona inglesa imponía a la India la obligación de comprar la Sal a empresas de su reino y penalizaba con 9 meses de cárcel a quien se hiciera su propia sal.
Gandhi sufrió por ello estos meses de cárcel y miles de indios en protesta hicieron lo mismo y colapsaron las cárceles y lo más importante, fue el origen del ocaso de este régimen opresor ingles.
De ser la Sal de la Vida a pasado a ser un problema para la vida debido al refinamiento obligatorio de la misma, provocando hipertensión, retención de líquidos, entre otros problemas graves de salud.
Las élites mundiales entre las que se encuentra la Corona inglesa, han conseguido de la Organización Mundial de la Salud y de la Unión Europea, que vuelva a ser delito vender sal marina auténtica. La que se obtiene por desecación total del agua de mar en una sola balsa.
Para muestra mirad el decreto español http://www.colveza.es/images/stories/normativa/BOE/sal/RD-1634-2011-sal-salmueras.pdf , donde prohíbe vender sal que no contenga un mínimo del 97% de Cloruro Sódico, mal definida como “Sal marina” o como mínimo un 94% y entonces tendrá el “premio” de llamarse Sal marina Virgen.
Cuando la sal obtenida en una sola balsa debe llevar una media del 84% de Cloruro de Sodio¡¡¡¡
¿Porque prohíben la venda de este tipo de sal, la misma que podemos obtener nosotros en casa tal y como describo en el vídeo?
Pues la prohíben porque saben que esta sal así obtenida no va a provocar hipertensión, ni retención de líquidos ni otras patologías muy rentables para la infame industria farmacéutica, gracias al equilibrio del sodio con el magnesio y otras sales que lleva el agua de mar en su estado natural.
Otra rebelión pacífica como la de Gandhi es necesaria, no solo para hacernos nuestra propia sal, sino para desobedecer cuantas leyes injustas y dañinas se nos pongan por delante.